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Hablemos sobre el trastorno bipolar

7 de octubre de 2014
Por: Elinore F. McCance-Katz, M.D., Ph.D., director médico y Paolo del Vecchio, M.S.W., director, Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental

Los trastornos bipolares, también denominados "enfermedad maníaco-depresiva", son una enfermedad mental grave que causa cambios inusuales en la conducta, la energía y los niveles de actividad. En un año determinado, impacta aproximadamente al 2.6 por ciento de la población estadounidense.

El trastorno bipolar puede ser tan grave que puede interferir en las actividades diarias, tales como ir a la escuela, trabajar o socializar con amigos. Los síntomas del trastorno bipolar incluyen cambios de humor que van desde depresión grave, a veces con impulsos suicidas, a euforia, agitación y psicosis. Quienes padecen manías pueden tener pensamientos repentinos, hablar rápido o tener problemas de concentración y cambios rápidos de una actividad a otra, a menudo con poco criterio y comportamiento riesgoso. La depresión asociada al trastorno bipolar incluye sentimientos graves de tristeza, culpabilidad e inutilidad, poca concentración, apetito y sueño, poca energía y pensamientos o intentos de suicidio. Los cambios de estado de ánimo graves no ocurren con frecuencia, quizás unas pocas veces al año, pero algunos pueden experimentar estos cambios de ánimo varias veces al día. Más del 50 de las personas que padecen un trastorno bipolar presentan síntomas antes de los 25 años, con algunas apariciones en la niñez o adolescencia.

Las causas del trastorno bipolar probablemente sean una combinación de factores genéticos y ambientales que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. El trastorno puede ser hereditario. Aún no se comprenden bien los cambios cerebrales en los pacientes con trastorno bipolar. El trauma, el estrés o las pérdidas importantes pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad. El trastorno bipolar se puede diferenciar de otros trastornos médicos que afectan al estado de ánimo, como la enfermedad de la tiroides u otra enfermedad mental que tenga síntomas similares, incluídos la gran depresión, el trastorno por déficit de atención por hiperactividad, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo o los trastornos de uso de sustancias, como el abuso de estimulantes (cocaína o metanfetaminas).

El litio es un medicamento de primera línea para tratar los síntomas del trastorno bipolar. Entre los efectos secundarios del tratamiento con litio se encuentran el desasosiego, boca seca, indigestión, acné, dolor muscular/articular, uñas quebradizas, temblores y efectos en los riñones. Puede ocurrir una intoxicación con litio si las dosis son demasiado altas; por lo tanto, se deben tomar muestras de sangre para determinar los niveles de litio y evaluar el funcionamiento de los riñones y la tiroides.

También se pueden recetar medicamentos que estabilicen el ánimo para ayudar a equilibrarlo. Los efectos secundarios comunes incluyen aumento de peso, mareos, somnolencia y problemas raros en la sangre o el hígado. A veces se utilizan medicamentos antisicóticos en personas con manía o que no responden a los estabilizadores del ánimo. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, como el aumento de peso, visión borrosa, somnolencia, temblores o, a veces, palpitaciones. Se pueden recetar antidepresivos para tratar el desánimo grave, por lo general combinado con un estabilizador del ánimo, porque los antidepresivos solos en personas con trastorno bipolar pueden desencadenar un episodio maniático.

Además del tratamiento con medicamentos, pueden ser de gran ayuda las psicoterapias incluyen la terapia cognitiva-conductual, psicoeducación, terapia familar y terapia grupal o individual. Además, la asistencia para la recuperación y las actividades para el bienestar pueden ser importantes para lograr y sostener la recuperación. Estas incluyen servicios por pares, grupos de apoyo, reducción del estrés mediante técnicas de relajación o meditación, como practicar yoga, dormir bien, evitar el alcohol y el uso de drogas ilícitas y participar de actividades saludables, tales como el ejercicio, pasatiempos u otras actividades recreativas.

El trastorno bipolar puede tomar distintas formas que difieren en la gravedad y sus síntomas. Es un trastorno que requiere de atención médica y un enfoque de equipo, Los psiquiatras son médicos especializados en el diagnóstico y tratamiento de este trastorno y/o otras enfermedades médicas mentales que pueden ocurrir al mismo tiempo. Los psicólogos también son de gran ayuda para proporcionar psicoterapias. Las enfermeras psiquiátricas, trabajadores sociales y consejeros con una parte importante del equipo que ayuda a comprender la enfermedad, sus tratamientos y cualquier apoyo social requerido. Los pares son aquellos que han experimentado enfermedades mentales y pueden ayudar a alguien a comprender mejor su condición, los sistemas de navegación y ser un aliado de apoyo en el proceso de recuperación.

El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave, pero se puede tratar y las personas pueden tener una recuperación a largo plazo con el apoyo continuo apropiado. El localizador de tratamientos de SAMHSA puede ayudar a una persona con estos síntomas a encontrar la atención que necesita para esta u otras condiciones.

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